—Adiós, Cand.
Se marcharon a buscar a las demás, y yo anduve hacia el lago, a ver si encontraba a Lara. De pronto, sentí una mano en el hombro, y me di la vuelta. Allí estaba mi amiga; cabellos violetas, lisos y largos hasta el pecho, figura esbelta, ojos de color lila claro, movimientos gráciles… y un agradable aroma a campanillas.
—¡Lara! —exclamé, y me abalancé sobre ella. Las dos nos abrazamos durante unos segundos, felices. Después, me aparté un poco para verla mejor—. Vaya, estás muy guapa.
Llevaba puesta una túnica blanca de manga larga que le llegaba por los tobillos, con un escote bastante pronunciado en forma de corazón. Sonrió.
—Gracias, tú también.
—¿Cómo estás?
—Muy bien, gracias. ¿Y tú?
—Nunca he estado mejor.
—¿Tienes pareja? —preguntó con una sonrisa.
—No, pero a juzgar por tu sonrisa… tú sí.
—¡Sí! —exclamó, emocionada—. No sé cómo lo conseguí, pero el caso es que me lo pidió antes de venir y… —no terminó la frase.
—Bueno, yo me voy con las demás, ¿vienes?
—Sí, claro. Pero, espera, voy a buscar a mi chico. ¿Me esperas aquí?
—Claro. No tardes.
—No, ahora vuelvo.
La vi alejarse y perderse entre la multitud, y allí esperé, cruzada de brazos. ¿Con quién habría ido? Seguramente sería alto, musculoso, atractivo… pero cuando Lara llegó acompañada de su pareja, se me cayó el alma a los pies. Y cuando él me vio, también se quedó paralizado. Sí, era muy guapo, y bastante alto y con músculos.
Damoc. En cuanto me vio, la sonrisa se le fue del rostro. Lara lo cogía de la cintura, y él le pasaba el brazo por los hombros. Un escalofrío me recorrió por completo, y en ese momento no supe si reír o llorar. Pero no hice ninguna de las dos cosas, adopté una expresión inmutable y esperé a que llegaran.
—Hola, Damoc —saludé con voz neutral cuando estuvieron frente a mí.
—Hola, Cand —respondió él, medio sorprendido, medio avergonzado.
—Ah, ¿así que ya os conocéis? —preguntó Lara con una sonrisa. Un leve asentimiento de mi cabeza la convenció.
—Bueno, Lara, me voy con las demás —avisé.
—Vamos contigo —contestó Lara.
—Bien —repliqué.
Guié a la pareja hasta el lugar exacto donde se encontraban los pyros, y con ellos, a mis amigas. Aunque no había ni rastro de Friné.
—¡Ah, hola Cand! —me saludó Nevolly, pero después reparó en Lara—. ¡Hola, Lara! ¡Y…! Ah, hola Damoc —saludó, no demasiado convencida, y observó con detenimiento las manos entrelazadas de Lara y Damoc. Me miró con expresión interrogante, pero yo tenía cara de póquer, así que sonrió—. Bueno, ¿queréis que vayamos a buscar algo de comer?
—Oh, sí, tengo mucha hambre —indicó Vale.
De forma que el pequeño grupo nos encaminamos hacia el puesto de comida. Lara y Damoc se adelantaron, felices. Nevolly se colocó junto a mí y me susurró en la oreja:
—¿Y Friné?
—Imagina —contesté, sin mirarla.
—¿Con Nicanor…? —preguntó, aguda. Mi sonrisa le sirvió de respuesta.
Y no hicimos mucho más. Nos hinchamos a frutos dulces de color azul, verde y violeta, volvimos al espectáculo de los hydros (donde secuestramos a Friné), y después regresamos a donde se encontraban los pyros (Nevolly nunca se cansaba de observar a Verline). Después de unas horas, los niños pequeños se fueron a casa junto con algunas madres, y la música comenzó a sonar de extraños instrumentos en manos de varias dríades. Rápidamente nos pusimos en posición, y la multitud comenzó a bailar. Así estuvimos horas…
Y, al final, Lara, Cira, Nevolly, Vale, Friné, Abby, Damoc y yo (en resumen, todos) nos quedamos echados en el suelo, boca arriba, a varios metros del lago, para no estorbar. Juntos formamos un círculo y observamos las estrellas, agotados.
—Ha sido genial —dijo Friné tras un largo rato de silencio.
—Sí, ha estado bien —corroboró Abby.
Nevolly se puso bocabajo de repente, y nos miró con cara pícara. Me di la vuelta yo también.
—¿Qué? —pregunté.
—¿Vamos a
—Por mí, vale —dijo Lara.
—Sí, sí, vamos —nos animó Vale.
—Hala pues, venga —dijo Abby.
Las cuatro se levantaron al tiempo. Segundos después, también lo hicieron Friné y Cira.
—¿Queréis ir a
—Sí, ¿por qué no? Ya tenemos edad.
—Yo fui con un año más que vosotras —contestó el hydro.
—Bueno, pero nosotras nos sabemos desenvolver bien —respondió Lara.
—Como queráis.
Damoc y yo nos levantamos y seguimos a mis amigas, que ya habían comenzado a irse. Tras apretar el paso, las alcanzamos y continuamos andando.
La verdad es que yo no tenía la menor idea de por dónde se iba a
Nos alejamos de Daxópolis por el camino contrario al que habíamos venido, y comenzamos a rodear una de las montañas. Lara, de pronto, le soltó la mano a Damoc, me tomó del brazo a mí e hizo que nos rezagáramos un poco.
—¿Qué te pasa? —preguntó, preocupada—. No has dicho nada en toda la noche.
Yo no contesté, seguí andando. Pero no le aparté la mano.
—Vamos, puedes contármelo —me dijo, zarandeándome. Yo no sabía ni por dónde empezar.
—Le pedí a un chico que viniera conmigo —murmuré, al fin. Ella me pasó el brazo por los hombros e hizo que la agarrara de la cintura.
—Lo siento… no te preocupes, el año que viene irás con el que tú quieras.
—No lo entiendes… —dije, sacudiendo la cabeza— Él…
—¿Quién? —preguntó, temiendo la respuesta.
—Damoc —susurré tras unos segundos.
Creo que se paralizó casi tanto como yo cuando descubrí que mi mejor amiga había salido con el chico que me gustaba. Luchaba internamente por decir algo, y al final consiguió soltar una retahíla de palabras.
—Yo… lo siento, Cand, no tenía ni idea…
—No es culpa tuya, no te disculpes.
—Claro que es culpa mía…
—No, tú sólo aceptaste una proposición, lo que hice o dejé de hacer yo no es culpa tuya.
—Jo, si lo hubiera sabido…
—Eh, no te atormentes. Tienes bastante con tus problemas.
No me soltó y fue con Damoc. Se quedó conmigo, porque ella sabía que yo la necesitaba. Ella quería reparar su error, el problema era que Lara no había cometido ninguno. Había sido culpa mía.
Así abrazadas llegamos hasta un barranco. A lo lejos (muy lejos) se veía ligeramente la otra “orilla”. Nos asomamos al borde del barranco, y descubrimos que abajo (muy abajo) había un río que discurría rápidamente. Se podía llegar al barranco de enfrente cruzando un maltrecho puente que, parecía, no iba a aguantar mucho. Estaba compuesto simplemente por varias cuerdas y tablas de madera, pero todos se fiaron.
—Paso yo primero, por si acaso se rompe —dijo Damoc, y cumplió su palabra. A Lara se le escapó un suspiro mal disimulado.
Uno a uno, fueron pasando, y yo me quedé la última. Las tablas crujieron cuando las pisé, pero ninguna se rompió ni resquebrajó. No le tenía miedo a las alturas, pero la verdad es que daba impresión andar encima de la nada, prácticamente. Lo arreglé intentando no mirar abajo. Después de unos minutos que se me hicieron interminables, oí cómo los pasos de los demás dejaban de crujir, y resonaban en la tierra. Tras avanzar unos pasos más por la podrida madera, llegué por fin a tierra firme y miré a mi alrededor. Delante de nosotros había una gran muralla que parecía hecha con losas de piedra, pero era totalmente dorada. Se podía acceder a la muralla por una puerta, también dorada. Ahora entiendo lo de “Ciudad de Oro”…
—Vamos —dijo Nevolly, decidida.
Las ocho personas nos acercamos al muro y, tras unos segundos de vacilación, cruzamos la puerta.
11 comentarios:
¡Jolín Damos, qué capullo! ¡Pobre Cand! ¡Publica pronto que tengo ganas de saber lo que va a pasar en la ciudad de oro! ¡Un beso!
No me puedo creer que me haya cabreado tanto, jaja. No obstante, quitando el hecho de que odio que Damoc haya ido con Lara a la fiestecita esta, me ha gustado mucho, porque realmente tu forma de escribir no cambia y la cosquillita esa que hace que sigas leyendo está ahí. Yo espero que la cosa vaya mejorando o que pase algo que nos sorprenda aún muchísimo más.
Por cierto, en su momento se dijo que tenías que mejorar un poco los diálogos porque a veces quedaban un poco "escuetos" (no fue esa palabra exacta pero es que no me acuerdo x'D) pues lo estás consiguiendo ;)
Aparte, me encanta esta historia y aunque no tengo tiempo, he entrado al escritorio, he visto que habías publicado y he entrado a leer x'D
Enhorabuena, y como se suele decir: ¡Sigue así! x'D
Athenea, Eximia, muchas gracias a las dos ^^
Lo cierto es que Damoc en realidad no es malo, pero es que le gusta otra... realmente cuando nos gusta alguien no nos ponemos en su lugar, pensamos que tiene que ser nuestro sí o sí xD Y eso Cand lo comprende y por eso deja espacio a Lara y a Damoc :)
Un beso, y gracias por venir!
me encanta tu manera de escribir, se ve que tienes buena iniciativa y dialecto. Claro esta, que estoy dispuesta a seguirte, me gusta mucho todo el tema de los seres fantasticos, bueno seguro que nunca nos vas a fallar, sigue asi ;)
Por cierto, pasate por mi blog si quieres =)
Es una historia con todo un poco de seres fantasticos. ^^
Noos leemos!
Oh, muchas gracias :)
La verdad es que a mí también me gusta mucho la magia, casi todo lo que escribo está relacionado con ella ^^
Me pasaré, me pasaré, lo prometo, pero no sé cuando... tengo muchos blogs atrasados :/ De todas formas, me haré seguidora y ya después leeré con más calma :)
Un beso!
Ohh!!! COmo siempre impresionanteee...(para que luego digas que no te leo) cambiaste algunas cosas? ¿O es igual que el que me pasaste (hace años luz) y que me leí....? en finn nosé....
pero está muy bien :)
Tequiero!
esta genial la historia!!! hacia tiempo q no subias capitulo!!! ya era hora!!!!!!!!!! XD me encanta y espero el proximo prontito!!!! besos
Muchas gracias *¬*
Sí, lo sé, es que últimamente estoy muy ocupada y con tres (cuatro) blogs, pues no doy abasto.. xD
Intentaré colgarlo pronto :) Besos!
No hay de qué, para empezar. Y después, yo entiendo que a Damoc le guste otra persona y me gusta que Cand lo entienda, pero igualmente (en plan niña chica) ¿Por qué? ¿Por qué tiene que estar con la otra? Bueno, da igual, por algo será ;)
Realmente no estoy aquí para volver a comentarte, sino para avisarte de que en mí blog tienes algo a lo que llaman sorpresa, aunque en realidad es lo de siempre x'D Ya lo entenderás cuando lo veas, pásate al menos para verlo y poder ponerlo aquí.
Un saludo^^
Bueno, Eximia, simplemente: los tíos son raros xDDD No es por ofender ni nada, pero yo no los entiendo y probablemente nunca los entenderé.
Pues ahora mismo voy ^^
Un beso :)
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